El Ayuntamiento obliga a desalojar desde hoy las reses de vacuno de una granja de Aretxabaleta. La edificación de bloques de pisos en este pueblo, absorbido ya por Vitoria, prima más que los 500.000 litros de leche que el ganado produce cada año.
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- Noticiasdealava.com
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- Fecha Noticia:
- 07/10/2010
El label de cerca de 90 vacas lecheras de Vitoria poco les sirve a esta ganado para garantizar su producción anual de 500.000 litros al año. Las reses que en su día obtuvieron el tercer puesto estatal por la calidad de su rendimiento están de patitas en la calle. El motivo de ello se debe a que hoy mismo se efectúa, tras la notificación de este lunes, la orden de desahucio de esta granja ubicada en el barrio gasteiztarra de Aretxabaleta. La edificación de unos bloques de vivienda donde se levanta esta misma explotación ganadera impide su continuidad por más tiempo. Se trata de una expropiación que llena de mala leche, tras la mezcla de rabia y frustración, a uno de sus tres socios: Gerardo López de Suso, la tercera generación al frente de esta tradición familiar. Atrás queda la época en la que la capital alavesa se abastecía de la leche recién ordeñada.
"He vivido una persecución a mi actividad ganadera para que desaparezca porque estoy obligado al cierre", cuenta este ganadero, quien aprendió su oficio al verlo practicar a sus padres y abuelos. Y de eso hace ya cuatro décadas, ya que tiene 42 años.
Todos sus intentos han sido en vano. Ninguna de sus reivindicaciones ha conseguido salvar esta granja del derribo de las máquinas. López de Suso aún recuerda cuando "pensaba que la justicia iba poner fin a todos estos desmanes". Lo primero que hicieron los dueños de la granja de Aretxabaleta para evitar su expropiación fue proponer al Consistorio, en 1991, el traslado de la actividad ganadera a Gardelegi, un término perteneciente al municipio de Vitoria y cercano a la ubicación original de esta finca. "Pero nos lo denegaron porque el terreno estaba catalogado como de interés paisajístico. Entonces, les ofrecimos medidas correctoras para hacer la granja a su gusto, para no dañar el entorno, pero no sirvió de nada", agrega este hombre.
A continuación, llegó el turno de presentar las alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana. Una medida que tampoco consiguió rectificar los planes de urbanización del Ayuntamiento. "Pedimos que para poder ejercer la actividad reconociera unos terrenos en Gardelegi o Aretxabaleta, donde podría tener cabida la comunidad ganadera. Dijeron que se estudiaría la propuesta, pero no contestaron", denuncia.
El último intento para evitar el cierre fue hace dos años, cuando enviaron una petición al Consistorio para solicitar a qué parcela se podía trasladar la granja para que fuese compatible con la localización. "Siempre consigo la negativa o la callada por respuesta", se queja este ganadero de Aretxabaleta.
A su juicio, todos los argumentos municipales se basan en "medidas restrictivas para no instalar nada en este entorno." La consecuencia de ello, según López de Suso, es que se impide ejercer la actividad ganadera en el término municipal de Vitoria. "De todos los pueblos de Vitoria, sólo quedan tres explotaciones, incluidos nosotros. El resto están amenazados porque están condenados a desaparecer".
Este profesional también opina que en este proceso se ha cometido un error. "El problema es que no se han dirigido al titular de la actividad. Se lo han dicho a mi hermana, que es ajena a la explotación". Es por ello que López de Suso se pregunta "¿a qué viene la urgencia de esa actuación? Yo sólo pido que el cierre se haga de una forma digna porque es mi forma de vida. ¡Ojalá me hubiese dado cuenta hace 20 años!" No sabía que los planes urbanísticos se iban a anteponer a su explotación ganadera. "A partir de hoy me quedo en el paro. Ahora me toca otra vez emprender un proyecto desde cero, para que a ellos les salga por cuatro duros las viviendas".
Un plan urbanístico, que en su opinión, incumple el acuerdo firmado en su día entre Alfonso Alonso y la Junta Administrativa de Aretxabaleta. "Decían que el crecimiento del pueblo debía hacerse con edificios que lo trastocasen lo menos posible. Ahora, los bloques tendrán seis alturas y dejarán ocultas y sombríos las casas originales".