Dos ingenieros, David Martínez y Rubén Leivas, han patentado un proceso capaz de fermentar el azúcar presente en la leche y convertirlo en alcohol para crear el Siderit Vodka Lactée.
- Fuente:
- EFE emprende
- Tema:
- otros
- Fecha Noticia:
- 29/05/2015
Tras un proceso de dos años y una inversión inicial de 250.000 euros, David Martínez y Rubén Leivas, ingenieros de Agrónomos y Caminos, respectivamente, elaboran ginebra y vodka en su destilería de Cantabria.
Estos emprendedores se conocieron mientras estudiaban en la Universidad de Burgos y al finalizar la carrera montaron una empresa de ingeniería en Cantabria, con la que se han ganado la vida durante más de diez años.
La crisis y las ganas de elaborar algo de principio a fin les llevó hasta Siderit.
Siderit debe su nombre y el retrogusto largo al té del Puerto (Syderitis hyssopifolia), una planta endémica que nace en los Picos de Europa y uno de los doce aromáticos que adornan la Gin Siderit.
Esta primavera, con la factoría casi recién estrenada, decidieron probar suerte en el "San Francisco World Spirits Competition", un concurso internacional de bebidas alcohólicas.
Inglaterra, Italia, Dinamarca, Bélgica, Malasia, Singapur, Hong Kong y Rusia son, por ahora, los mercados en los que están presentes los sabores de Siderit.
En breve tienen previsto dar el salto a Holanda y Luxemburgo.
I+D+i = vodka de leche
David Martínez afirma que la diferencia principal de Siderit Lactée está en la forma de obtener el alcohol; ya que mientras que el resto de los vodkas del mundo lo obtienen de la patata o el cereal, ellos lo consiguen con el azúcar de la leche.
Martinez explica que buscaban "un producto lácteo alternativo al tradicional, que no fuese perecedero".
Hasta que un día se les encendió la bombilla y pensaron que "si todos los destilados se hacen a partir de la fermentación de un azúcar, por qué no utilizar la lactosa de la leche".
"Tardamos dos años en investigar cómo fermentar la lactosa de la leche para producir alcohol", añade.
El creador de esta destilería artesana, afincada en la población cántabra de Torrelavega, destaca que fue su apuesta por la I+D+i la que les condujo hasta este proceso único de fermentación que ya han patentado.
Para producir una botella de vodka son necesarios ocho litros de leche y el proceso de elaboración lleva cinco destilaciones.
Siderit ha comercializado este año 25.000 botellas en total, 6.000 de vodka y el resto de ginebra.
Sus previsiones apuntan a 100.000 botellas para el año que viene, la mitad de vodka.
Aunque el máximo reconocimiento a su trabajo les ha venido por la vía del vodka, la ginebra es, por ahora, la que les cuadra las cuentas.
Subirse a la ola de la ginebra
Martínez explica a EFEemprende que una parte importante del éxito de su empresa se debe al éxito que la ginebra está cosechando en España, una tendencia que se está exportando a Estados Unidos y Portugal.
El fundador de Siderit también explica que el mercado de los licores en España, que factura más de 10.000 millones de euros al año, está dominado por tres grandes multinacionales y que es mucho más fácil vender fuera que dentro.
Los creadores de Siderit se han introducido en los circuitos nacionales de la mano de las redes sociales.
De hecho, en algunos países donde han abierto mercado lo han hecho desde la cuenta de Instagram que Martínez controla en la pantalla de su móvil.
Previamente, un caza tendencias o un explorador de nuevos productos de consumo, al que le han gustado las opiniones de los usuarios y la imagen del producto, ha contactado con ellos.
Buena culpa de que dichas conversaciones se conviertan en transacciones la tiene el director creativo de Paperfly, José Pascual, quien ha perfilado la imagen de la marca equiparándola a trajes de alta costura.